miércoles, 18 de enero de 2012

Alejandra

Alejandra tiene veinticinco años, una bufanda muy larga y un carné universitario. A veces quedo con ella para comer cuando salgo del trabajo. Observo como mastica la comida con delicadeza mientras pienso en sus orejas.

Alejandra es amiga de Lucía y siempre me cuenta sus aventuras mientras nos traen la carta. Una vez estaba en casa y no podía parar de pensar en sus orejas.

Alejandra tiene un vestido rojo muy rojo que se pone para ir a comer conmigo. Le gusta pedir arroz con tomate y no bebe nunca cerveza. Yo me siento con las piernas cruzadas y el camarero se lleva mi plato lleno de comida. Cuando miro su cara desnuda y me acaricia por debajo de la mesa intento fingir que no sé nada, que yo soy otro. Cuando juega con el arroz con tomate me siento culpable y no hago nada.
—Si te hablo, ¿tú me quieres?— y yo pienso, Alejandra, qué voz tan hermosa.