lunes, 13 de febrero de 2012

El lazo rojo

Ella llevaba un lazo rojo anudado al cuello pero él miraba sus zapatos porque quería parecer distinguido. Subía por los tobillos, recorriendo las piernas cubiertas por una fina media y deseaba su cuello con el rabillo del ojo. Sabía que no podía mirar porque algo le incitaba a desnudarla y poseerla allí mismo, quería parecer un caballero así que mantuvo la mirada en sus pequeños pies mientras ella se levantaba y se marchaba. Nunca la volvió a ver, pero ella recordó toda su vida las botas de aquel hombre.

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