sábado, 27 de abril de 2013

El puente marino




El puente marino

He soñado una semántica de piedras
y levanté la mano
negras como un pasadizo.
Conocía en el sueño el nombre de las piedras
y construí con ellas un puente marino.

Las olas rompían su cresta en los arcos,
su cresta de rabia y sumergían
mi puente marino en la niebla.

En el sueño caía inevitablemente
sobre la construcción de la lengua
el barro del océano.


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Imagen: Sorrow (II) por Mikalojus Ciurlionis, 1907.

lunes, 22 de abril de 2013

Enterrar una mano




Enterrar una mano

Siempre he querido enterrar una mano:
tocar la tierra
desde otro ángulo.

Cuando era pequeño enterré un ojo
—el derecho sólo, muy diferente del izquierdo—
y observé un trabajo secreto:
el ciclo de la descomposición
al germen.

Pero he crecido y no me basta saber.
«El primer órgano es el tacto.»
No me basta una experiencia periférica:
quiero enterrar una mano
—la izquierda o la derecha, ahora da igual—
y palpar el espacio donde se resuelve todo;
enterrar una mano, es decir,
burlar la vida.